Acabo de caer en la cuenta de que hace 10 meses del adiós. Y no es de extrañar que no haya caído en la cuenta conscientemente, ya que ha sido una semana intensa, llena de todo:
Acudimos a la ecografía de las 16 semanas que nos concertaron por dos motivos, tratar de ver los indicadores para descartar un DTN (Defecto del Tubo Neural, el mielomeningocele en nuestro caso) y revisar esa válvula tricúspide que no cerraba. Me entraron tarde, como siempre, mi madre me acompañaba y se sentó a mi lado, en una silla preparada al lado de la camilla. En frente, un televisor enorme conectado con el ecógrafo, esta vez íbamos a ver la ecografía en directo. Cabe destacar que yo iba nerviosa de más, porque además de todas las dudas y miedos se me sumó otro: esa mañana al ir a coger el coche después de trabajar, me resbalé bajando una pasarela de madera que se había helado y caí (por suerte) sobre mi rodilla. Me hice mucho daño (de hecho aún tengo la pierna bastante dolorida) pero me dolía más el susto en ese momento, así que entre la caída, la eco, la cantidad de gente que había y que entré una hora más tarde de lo que cabía suponer, estaba hecha un flan.
Al ponerme el mando encima la vimos enseguida, se movía. No le había pasado nada, había seguido creciendo, su tamaño era notablemente más grande que hace 4 semanas y no paraba de moverse arriba y abajo, encogía las piernas, las estiraba del todo y los brazos también, se tocaba la cara y cruzaba los pies… una auténtica maravilla. Ésta vez no pude mirar al médico, mi vista estaba centrada en esa maravilla que tenía delante, pero las cosas aún no estaban claras. Trató de tomar medidas pero se movía tanto que costaba, quería mirarle el corazón pero no conseguía que se colocara bien, se giraba se encogía en una punta y luego se impulsaba hacia arriba de un brinco. Lo miraron todo, todo! De hecho hicieron una morfología precoz, miraron todo lo que se mira en la de las 20 semanas. Se detuvieron en su cabecita mucho rato, buscando el cerebelo, cuya forma es la adecuada, los ventrículos, cada recoveco. No había señales de ninguna malformación, textualmente dijo que no había hidrocefalia (una de las condiciones que hacen sospechar del DTN, ya que al no cerrar la columna el cerebelo se deforma y da lugar a la acumulación de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos) y de hecho ninguno de los indicadores hacían saltar la alarma. Vimos sus labios, las cuencas de los ojos, sus costillitas, una columna recta hasta la pelvis y sus órganos internos, bueno eso lo vio el médico porque por mucho que nos explicaba ahí no había manera de distinguir nada. Con tanto movimiento tardaron en poder observar bien su corazón, que a estas alturas luce de lo más saludable y correcto. Eso sí que lo distinguimos, se veían los movimientos de las cavidades, ¡es increible!
Era un adjunto, así que llamó a su doctora de referencia para que echara el último vistazo y resultó ser la misma que nos atendió cuando estaba de 6 semanas y la que asistió la reducción fetal hoy hace 10 meses. Estaba contenta, se le veía en la cara. Nos dijo que se alegraba mucho, que lo que estaba viendo era muy bueno y que aun no pudiendo descartar nada al 100% se veía todo tan bien que no cree que haya ningún problema. Sacó una imagen de perfil muy buena, se ven hasta los labios como si estuviera haciendo morritos.
Cuando me dijeron eso me enamoré, fue como despertar del letargo, como sentirme autorizada a disfrutar sabiendo que todo está bien, como descubrir que estoy embarazada y dejar que la ilusión nos embargue de nuevo. Salí de allí llorando, sabiendo que tengo un bebé sano en mis entrañas.
Una cosa más, es una niña. Mi intuición me ha fallado, tienen que reconfirmarlo en la próxima pero parece una niña. Nuestra niña.
Siento que estoy empezando a hacer hueco en mi corazón para esta nueva personita, siento que coexistirán las dos perfectamente. No hay un solo día en el que no piense en Dàlia, se que serán distintas pero también pienso que quizás se ha cumplido lo que pedí cuando volvimos a casa con los brazos vacíos…
“Quédatela hasta que pueda hacerle un cuerpo perfecto, porque no hay nadie con quien estará mejor si no puede estar conmigo.”