22/05/2019

16 de Mayo

Ha hecho dos años de la despedida de Dàlia. No sé cómo me siento, a veces pienso que estoy retrocediendo y otras me veo capaz de todo. Ahora mismo me invade un sentimiento de melancolía abrumador.

Quiero verla, lo necesito. Y mientras no reciba un correo diciendo que no hay fotos de mi caso no dejaré de necesitarlo, debo llegar hasta el final, exista o no esa posibilidad. Por qué nadie me dijo que me pasaría ésto? Que querría verla con tanta fuerza? Que necesitaría algo a lo que abrazarme para llorarla cuando todo está en silencio?

Últimamente no me salen las palabras, estoy bien, pero sé que me pasa algo. Llámalo duelo mal cerrado, llámalo puerperio, llámalo… mil nombres supongo. Afortunadamente me doy cuenta y ya estoy moviéndome para solucionarlo. De hecho, yo quería hacer un post sobre los dos años y me está costando horrores escribir así que voy a limitarme a compartir algo que escribí el 16 de Mayo de forma pública como si vomitase sobre el teclado del teléfono:

Ojalá pudiera verte de nuevo e impedir que tu cara se idealice en mi mente. Ojalá hubiese seguido mi instinto, ese que me gritaba al oído que cogiera el teléfono y te hiciera una foto. Ojalá alguien me hubiera avisado que con el tiempo querría verte, que luego conseguir una foto tuya es un camino complicado. Son tantas las cosas que hoy haría de otra manera… pero solo tengo recuerdos, aunque también esperanza.
Donde estés, te quiero. Te pienso, cariño, y perdóname porque aún no puedo hablar de ti sin que se me haga un nudo en la garganta. Pero es que aún soy novata en esto del duelo, y a veces no se me da bien avanzar. Son 2 años los que han pasado y es como si fuera ayer. Volvimos a ese hospital el año pasado para conocer a tu hermana, sabes que tiene los mismos pies que tú? Hay incluso quién dice que sois la misma persona. Quizás te estoy escribiendo todo ésto y para llegar a ti solo tendría que hablar con tu hermana, que me mira con esos ojos tan grandes cuando le hablo de ti, como si no comprendiera o como si lo comprendiera todo. Sé que estáis conectadas, porque sois distintas caras de la misma moneda: contigo aprendí lo profundo que puede doler perder a un hijo y con ella lo explosivo e intenso que puede ser querer a alguien y tenerlo contigo.

T’estimo. Cantàvem això al cotxe i no m’imaginava com d’encertada era la lletra. “Ploro i enyoro, tot allò que mai ha passat però que sempre he imaginat. Ploro i enyoro ser més a prop del teu costat però la distància em té atrapat.”

Hablaría mucho más de ella de forma pública, pero en estos casos tendemos a escondernos para que no nos juzguen. Solo me faltaba oír a alguien decir que tengo que pasar página. Por suerte tengo varios círculos donde soy comprendida sin incomodar a nadie y este blog que ha hecho más por mi salud mental de lo que nadie creería.

¿Qué quiero decir dos años después?

Que ésto no acaba.

Que el aire caliente de Mayo activa mi memoria sensorial.

Que te quiero y te querré toda la vida.

Que duele.

Que a veces sigo planteándome si hicimos lo correcto.

Que te quiero.