08/05/2019

9 de Mayo

Si, sé que hoy es 8.

¿Es normal que lleve todo el día pensando en que mañana son dos años del “hay una cosita”?

El año pasado me dije que cada vez sería menos duro. Que era difícil porque era el primer aniversario, que el segundo sería quizás más llevadero, que se sumaba que estaba embarazada y tenía los sentimientos a flor de piel. No era verdad. Este año me digo que quizás es porque soy madre primeriza, que estoy lactando y tengo las hormonas revolucionadas y por eso llevo todo el día pensando en que se acerca su cumpleaños. Y es que no dejo de pensar en ella. Aún alguna vez medio dormida pienso que debo guardarle algo de pecho antes de que su hermana lo vacíe para seguir durmiendo. Es extraño porque ya llevo semanas con la sombra de Mayo encima y ahora que hace buen tiempo e incluso calor me vienen recuerdos sensoriales que me vuelven a llevar a aquél Mayo de hace dos años y, de repente, siento una nostalgia apabullante que me oprime el corazón. ¿Cómo he podido seguir con mi vida?

Soy feliz, no lo niego. Tengo el regalo más grande que la vida puede darle a alguien que tuvo que despedir a su bebé tan pronto, un arcoiris lleno de vida, energía y luz que me llena de vida, me da energía y me ha devuelto la luz. Pero en la sombra sigue estando el recuerdo de aquella manita tan chiquitita, esa nariz chatita y sus pies blancos. Y en la conciencia el run-run de lo diferente que debía haber hecho las cosas, como tomarle fotos, estar más tiempo con ella y hacernos cargo de su cuerpecito.

Siento que la rueda no para, pronto llegará el diagnóstico y pronto su cumpleaños sin vida. Lo que más me fascina es como han cambiado las cosas. Soy una mujer diferente y es que estas dos maternidades tan distintas entre si me han cambiado por completo.

Me he decidido a pedir sus fotos de la necropsia. No se si las hay, pero de haberlas las quiero. Quizás no es el mejor modo de volverla a ver, es más, definitivamente no es el mejor modo de verla pero siento que lo necesito. Necesito tener una fotografía suya, hacer un rincón en casa para ella más allá de sus flores en la terraza. Ojalá las haya.

Sigo teniendo esa sensación de soledad y además, hoy empieza de nuevo. Hay una cosita.

Y es que no dejo de pensar en ella.