10/07/2017

El paso del tiempo

Ya casi se acerca la fecha de nuestra separación de nuevo. Hace dos meses que tuve que coger la baja por ansiedad, no sabía qué pasaba ni cuál iba a ser nuestro futuro. La ecografía que con tanta ilusión habíamos esperado se nos volvió amarga y desesperante, sus movimientos se intensificaron y luego casi desaparecieron, aceptando la situación.

Ahora todo eso me parece que pasó hace mucho tiempo, a veces me siento como si hubiese estado viendo una película, como si ésto no fuera conmigo. Estamos pasando bien por todas las fases, no debemos correr, pero a veces siento la necesidad de estar bien y sobretodo de dejar la rabia y el resentimiento atrás, necesito pensar en mi hija y no derrumbarme, hablar de ella y que los sollozos no me interrumpan. Quiero contarle a todos lo mucho que la quiero sin tener que buscar torpemente un cleenex en la mochila. Sobretodo quiero ser capaz dede decir que es mi hija y nunca dejaré de lamentar su pérdida a los que consideran que esto ha sido solo una anécdota más. Me gustaría tener fuerza para explicarles lo que se siente al ver a tu hija que no es más grande que una  calabaza de 400 gramos y cabe en una sola mano, sostenerla y abrazarla sabiendo que se ha ido, pasar un parto de 12 horas para irte a casa dolorida y sin recompensa. Estar embarazada y de repente ya no estarlo, saber el momento exacto de su muerte porque el equipo médico encargado se va de la habitación. Lo que significa tomar esa decisión. Hacerles ver que esto no se compara a nada de lo que hayan vivido, porque no te das cuenta de lo que duele una pérdida hasta que has tenido a tu feto delante.

Dos meses de esa noche intensa, cuando aún cabía la esperanza de que hubiera un error.

Cuanto amor tenía por darte… siento tanto que tengas que esperar.