La primera vez que fui a la psicóloga me preguntó todas las fechas importantes de mi embarazo: 22 de Enero, cuando descubrí que estaba en estado; 16 de Mayo, el día que la perdimos; 19 de Septiembre, que era la fecha prevista del parto.
Ayer, 27 de Junio, también fue un día importante: después de 43 días tras el parto, tuve la regla por primera vez. Es un momento extraño, la culminación del proceso: es el fin del ciclo, ya no queda nada del embarazo. Mi cuerpo vuelve a empezar de nuevo y siento que es esperanzador. Físicamente estoy lista, pero eso no quiere decir que esté preparada para empezar de nuevo, y de hecho me recuerda lo que he perdido, también me dice que hay un futuro, pero remarca la pérdida aún muy reciente.
Otra fecha importante que estoy deseando que llegue es el 25 de Agosto, porque nos darán los resultados de los análisis y podremos cerrar la carpeta, esa es la única hoja que me queda. Lo hablábamos ayer precisamente con la psicóloga, lo necesario que es cerrar el ciclo y pasar página, tenerlo todo claro y controlado, saber cada detalle para poder avanzar sin tejar ningún frente abierto ni dejar nada sin resolver. Aún tenemos la posibilidad de que nos digan que no saben por qué nos ha pasado esto, pero será bueno porque significará que ha sido todo una fatídica casualidad con muy pocas posibilidades de que nos vuelva a ocurrir, a nosotros o a cualquiera.
No se como estaré el 19 de Septiembre, si soy sincera me da miedo esa fecha, pero aún está lejos y pienso que cuando llegue ese momento estaré preparada para afrontarlo sin que me hunda.
Hoy estoy bastante dispersa, supongo que recuerdo que hasta Enero mis reglas fueron como puñaladas traperas y esta la estoy viviendo con ese doble sentido que a ratos me amarga y a ratos me consuela.
