19/09/2017

FPP

Han pasado tantas cosas este último mes… lo más notorio de todo es el hecho de haber sobrevivido a tantas fechas importantes, haber completado el ciclo.

Obtuvimos por fin los resultados de las pruebas, que como se preveía no rebelaron absolutamente nada salvo lo que ya sabíamos. Ninguna anomalía congénita, ningún problema genético, sólo un cúmulo de casualidades que hicieron que la etapa más hermosa por la que había pasado se volviera intensamente amarga para tornarse en algo agridulce poco a poco. ¿Por qué? No dejo de preguntármelo, qué capricho del destino hizo que todo se volviera ceniza en mi boca.

Hoy tendría que haber nacido. Hoy mi casa debería rebosar alegría, nuestro coche debería tener una sillita instalada y mi habitación debería tener una cuna pegada a mi cama, y sin embargo hemos vuelto a la rutina, al trabajo, a pasar un Septiembre más. Intento no aferrarme a lo imposible pero no puedo evitar pensar en sus labios y de qué color serían sus ojos, si su llanto sería agudo o ronco. ¿Tendría pelo? ¿Sería moreno, liso, rizado? Recuerdo su olor, ese olor a sangre fresca y líquido estéril, a pureza. Pienso en como habría sido mirarla a los ojos y ponerla sobre mi pecho y me pregunto cuanto más tendré que esperar para hacerlo.

Ha sido un fin de semana muy bueno, de los mejores en años pero hoy me siento vacía, algo inútil y derrotada. He aceptado que mi cuna está vacía, que la vida sigue y que nada hará que cambien las cosas por mucho que me guste que así fuera. Lo único que puedo hacer es centrarme en el futuro, avanzar sin caerme y ser mi mejor versión.

Sigo buscando señales por todas partes: en las nubes, las mariposas que vuelan a mi alrededor, las flores tardías… lo que sea con tal de sentirla cerca. Las terapias están funcionando, siento que estoy desarrollando una capacidad de superación que tenía por ahí escondida, estoy más alegre y centrada en mirar adelante. Ha sido mi salvación, sin duda, y siento que es lo mejor que puedo hacer por mi en estos momentos. Volver a reír, a despreocuparme y a disfrutar el momento ha costado, pero siento que voy recuperándome a mi misma un poquito más cada día. Sé que debo hacerlo y evitar dar cabida a sentimientos que puedan hacerme retroceder pero estoy haciendo mi duelo y por mucho que quiera pensar en el futuro me descubro a mi misma imaginando…

¿Serían azules, verdes o almendra?