Entre mayo y julio impartí varias ediciones del curso online Content curation para la dinamización de usuarios y promoción de la biblioteca. Fueron seis grupos distintos para un total de 178 participantes, que trabajaron de forma escalonada y a razón de tres semanas por grupo. Para todo ello fui contratado por el Servicio de Bibliotecas del Gobierno Vasco, con quienes ya había trabajado bastante hace unos años (incluso llegué a vivir temporalmente en Ermua e Izarra en un par de ocasiones). Como siempre, un placer compartir proyectos con ellos
Finalizado el curso y analizadas las respuestas de las encuestas de satisfacción, estos son los resultados agregados:
La verdad, creo que es para estar contento. La mejor nota de todas es a mi tarea como profesor, con un sobresaliente (9,34), siendo la más baja de todas un notable (7,59 a la duración del curso: a las personas con menos experiencia en el entorno digital se les hizo un poco corto). El resto de calificaciones se mueven entre notable alto y sobresaliente, incluyendo el nivel de satisfacción global (8,71).
A partir de una serie materiales didácticos y de videotutoriales de apoyo, propuse a los participantes que trabajaran en varias actividades prácticas. Debían elaborar una propuesta de proyecto de content curation y un primer ciclo de trabajo que les llevaría a poner en práctica todas las fases del proceso. Todo ello se hacía acompañado de mi soporte y apoyo y contando con un espacio en la plataforma Google Classroom, aunque también propuse la puesta en común de los materiales generados a través de Twitter.
La experiencia fue intensa y supuso para todos una carga de trabajo importante. En lo que a mi respecta, esto es lo que he contabilizado sin tener en cuenta el trabajo previo de preparación del curso:
En total, un montón de horas dedicadas a proporcionar la mejor experiencia formativa posible con el objetivo de que los participantes adquirieran las capacidades necesarias para poder seguir avanzando en ello y aplicándolo a su trabajo. Desde luego es un esfuerzo que compensa, pues a juzgar por los resultados de la encuesta la gente ha quedado más que contenta.
Pero aunque los participantes han aprobado al curso y a mi trabajo en él con muy buenas notas, no es eso lo único que valorará el cliente para concluir si la experiencia ha merecido la pena (y no lo digo solamente pensando en este curso, sino en cualquer otro). En ese sentido, creo que hay dos preguntas relevantes para hacerse:
No siempre está en mi mano incidir sobre la cuestión de la aplicación del aprendizaje (depende en cada caso de si me contratan para hacer un seguimiento posterior), puesto que es algo que ocurre después de que finalice el curso. Respecto a la adquisición de las habilidades o resultado del aprendizaje, debo guiarme en gran medida por los resultados de la evaluación y por el seguimiento que voy haciendo de las diversas casuísticas de los alumnos.
En el caso de esta experiencia, dos tercios de los participantes (65%) han superado con éxito todas las actividades y por lo tanto han podido trabajar de manera satisfactoria en la totalidad de las fases del proceso que se proponía y con un número suficiente y diverso de herramientas. Del resto no es fácil dar datos concretos porque hay mucha casuística diversa, pero teniendo en cuenta la interacción que he ido teniendo con ellos creo poder decir que quedaría algo parecido a esto:
Del primer grupo, confío en que muchos podrán aprovechar lo recibido en el curso. Será de otra manera, será a otro ritmo, pero puede ser perfectamente. Además pueden seguir avanzando porque ha quedado a su disposición todo el material didáctico, las dudas planteadas por el grupo junto con sus respuestas, los recursos que he ido compartiendo durante en el aula, los trabajos que han compartido los compañeros, etc.
No poder evitar que alguien abandone por no sentirse capaz es lo que más me frustra. Cuando alguien me ha manifestado una situación de este tipo he intentado darle más apoyo, transmitirle que como en todo lo difícil es empezar… pero que una vez se empieza todo es cuestión de práctica y de ir avanzando gradualmente. A alguno he convencido, pero no a todos. A veces no se puede o no se sabe hacer mejor.
Finalmente, en cualquier curso siempre hay un porcentaje de inscritos que no llega a intentarlo y las razones pueden ser muy diversas. Nunca gusta que esto ocurra, pero por mi experiencia sé que un 10% es un número bastante bajo de absentismo.
Todavía es pronto para conocer el grado de transferencia de este curso a la sociedad. Acaba de terminar y los que vayan a seguir adelante tienen tarea por hacer: planificar, empezar a desarrollar lo planificado mientras afianzan las habilidades adquiridas (que les tendrán que servir para adquirir otras) y gradualmente ir construyendo nuevos servicios y enriqueciendo lo que ya estaban haciendo con lo que han aprendido. Lo bueno es que muchos ya están en ello.
Pero aunque no sea posible conocer en este momento el alcance final de esta actividad formativa a lo largo del tiempo, los resultados que sí conocemos invitan al optimismo: buenos números respecto a la superación y una satisfacción muy alta respecto al contenido, el soporte recibido y todo lo aprendido. Que la gran mayoría consideren que ha sido un tiempo muy bien aprovechado no es definitivo, pero sí muy importante. Como ya he dicho mas arriba, creo que es para estar contento